Por Víctor Manuel Barceló R.

Las nominaciones que el Presidente electo está haciendo, para integrar su gabinete, nos llaman a algunas reflexiones, que tienen que ver con la ruta –si ahora sí se define- del gobierno federal en turno. A primera vista, la mayoría del equipo integrado, son panistas connotados o –salvo una que otra excepción- incorporación de personajes que fortalecen una tendencia: la de la derecha neoliberal. Por supuesto que la política es más que la defensa de una causa.

Está de por medio la administración. Una tendencia “moderna” considera que las respuestas a las necesidades de la tecnocracia, para cumplir con sus deberes, no necesita del auxilio ideológico, más bien puede estorbar sus tareas. No objeto el que la acción concreta pueda verse afectada si se ideologiza, esto es, si se le politiza.

Pero una cosa es politizar los actos concretos de gobierno, que son para toda la sociedad a que se debe la administración en turno, y otra la construcción de políticas y estrategias para la toma de decisiones. Si el equipo tiende hacia un lado u otro de los vientos políticos, las acciones tendrán ese sello y servirán: si van hacia la derecha, en distintos grados al mercado, centro y fin neoliberal. Por ende, las políticas serán aperturistas hacia las transnacionales, en detrimento de la soberanía nacional sobre los recursos naturales.

Si queremos administrar un municipio, estado o la nación –con criterios desarrollados de administración pública- no podemos actuar como empresarios. Ellos solo velan por sus intereses, tarea de gerentes de la empresa –el mercado lo es, cualesquiera que sean sus dimensiones-. Gobernar para administrar es diferente. Organizar y administrar lo referente a grupos ciudadanos, tiene que ver con la definición de estrategias –a través de la planeación democrática- para dar respuesta a demandas ciudadanas. Esto se refiere a los sueños, aspiraciones, creencias, intereses; todos ellos muy disímiles, individuales, que necesitan ser empatados en la acción de gobierno, casi siempre contrapuesta a los intereses del mercado y de las empresas que lo conforman.

La meta fundamental de estas últimas es engrosar su riqueza particular, mediante el lucro, que no respeta habitante, para hacerse de sus muchos o pocos recursos. Por eso es tan importante la rectoría del Estado. A través de ella, el gobierno usa política para dar coherencia a la sociedad. La tecnocracia puede –exagerando por cierto- otorgar a pueblos y comunidades: vivienda, educación, salud, distracciones, pero no es suficiente. El pueblo necesita sueños, que poco tienen que ver con lo racional; cubren un área interna de cada ser. Creer en algo cívico o religioso es fundamental para el ser humano. Se logra respetando sus hábitos, enfocando su identidad a mejores condiciones de vida, tanto material como espiritual.

Respetando, por intocable, su religiosidad. La tendencia sostenida en los últimos años en el país –que parece fortalecerse con los nombramientos al gabinete del gobierno 2007-2012- soslaya al Estado como eje de la vida política, económica y social de México. Pretende fortalecer la participación hegemónica del mercado -una de las falacias con pretensiones de paradigma universal- a contra viento del reclamo social histórico. En las expresiones, de algunos de los nominados, se advierte un amplio conocimiento de teoría y práctica económicas. Si, hay incapacidad de la parte administrativa del desarrollo social, para empatar sus tareas y humanizar la actividad económica, difícil será desentrampar las condiciones actuales de la población. Hasta ahora la reacción popular no pasa de la conformación de un gobierno “paralelo”, que pretende ser la conciencia en la política nacional.

Si resulta “más de lo mismo” a partir de diciembre próximo, con secuelas de encarecimiento del costo de la vida para la gran mayoría del pueblo, cabe la posibilidad, no deseada, de que los gritos adquieran tronido mayor, y desemboquemos en estallidos sociales, por diversos rumbos del territorio nacional. ¿Habrá tiempo de corregir el rumbo y atender a los reclamos, de más de la mitad del pueblo?. Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com